Un Sueño Plasmado en Letras

Versículo base:

“Los que siembran con lágrimas, con regocijo segarán.”

—Salmo 126:5

Reflexión

Una semilla no distingue el terreno emocional donde es sembrada. Puede germinar tanto en medio del dolor como en la alegría. A veces, las lágrimas riegan sueños que aún no tienen forma, pero que ya existen en lo profundo del alma. Otras veces, el gozo da empuje y fuerza para sembrar con esperanza.

La gestación de un sueño también tiene sus propias contracciones: momentos donde todo parece apretar, doler, interrumpir. Pero son esas contracciones las que preparan la expansión. El alma se ensancha cuando atraviesa el proceso y, en su debido tiempo, da a luz un fruto: una vida escrita en palabras, una verdad que ya no puede callarse.

Comprendí y acepté que el gozo y el dolor van de la mano: coexisten. El dolor no se elige —el sufrir sí. Dar a luz un sueño, una vida o una oportunidad para sembrar y para dar, tal vez es lo más sagrado y supremo que marca el propósito por el cual nacimos. Para esta hora he llegado al mundo, para esta hora nací.

Escribir también puede ser una forma de parir, de liberar, de sanar. Las lágrimas —si son auténticas— no son debilidad, sino un bálsamo. Son aguas que limpian el alma y allanan el camino para el gozo que vendrá.

Para cada etapa de la mujer

Adolescente / joven → cuando sueña con lo que quiere ser, sus primeras metas y su identidad en formación.

Mujer adulta → cuando carga con responsabilidades, lucha entre alegrías y dolores, y aprende que cada lágrima y esfuerzo son parte del proceso.

Madre → cuando sus sueños se entrelazan con los de sus hijos, y siente que cada sacrificio es semilla sembrada en amor.

Abuela / mujer madura → cuando ve frutos, reconoce los procesos pasados, y comprende que hasta las lágrimas fueron bálsamo que regó lo eterno.

Este sueño plasmado en letras no pertenece a una sola edad o temporada. Es la experiencia de toda mujer que en algún punto de su vida ha tenido que parir con lágrimas, sostener con paciencia y volver a creer. Sea en la juventud, en la maternidad o en la madurez, las semillas que sembramos con amor siempre tendrán un fruto en lo eterno.

Afirmación final

“Cada lágrima auténtica es bálsamo para mi alma.

No soy definida por mis dolores, sino por la vida que germina en medio de ellos.

Hoy abrazo el proceso: lo que duele me prepara, y lo que espero me llena de esperanza.

Mi propósito permanece en lo eterno.”

-Elizabeth Perez

A Dream Etched in Words

Foundational Verse:"Those who sow in tears will reap with songs of joy."—Psalm 126:5

⸻

Reflection

A seed doesn’t ask about the emotional state of the soil where it’s planted. It can sprout in sorrow just as it can in joy. Sometimes, tears water dreams that have yet to take shape, but already live deep within the soul. Other times, joy gives the strength and courage to sow in hope.

The birth of a dream also comes with its own labor pains—moments when everything feels tight, painful, interrupted. But those contractions are what make room for expansion. The soul stretches through the process, and in its time, brings forth fruit:a life written in words, a truth too powerful to stay silent.

I’ve come to understand—and accept—that joy and pain walk hand in hand. They coexist. Pain is not chosen—but suffering is.

To give birth to a dream, a life, or an opportunity to sow and give…maybe that’s the holiest and highest mark of the purpose for which we were born.

For such a time as this, I came into the world. For such a time, I was born.

Writing, too, can be a kind of birth—a release, a healing.

Tears—if they’re true—are not weakness, but balm.

They are waters that cleanse the soul and soften the path for the joy to come.

⸻

For Every Stage of a Woman’s Life

Adolescent / Young Woman → When she dreams of who she wants to become, her first goals, and a forming identity.

Adult Woman → When she carries responsibilities, wrestles between joy and pain, and learns that every tear and effort is part of the process.

Mother → When her dreams are woven with those of her children, and every sacrifice feels like a seed sown in love.

Grandmother / Mature Woman → When she sees the fruit, honors the journey, and realizes even the tears were a balm that watered the eternal.

This dream etched in words doesn’t belong to just one age or season. It’s the experience of every woman who, at some point, has had to birth with tears, hold on with patience, and believe again. Whether in youth, motherhood, or maturity—the seeds we sow in love will always bear fruit in the eternal.

⸻

Final Affirmation

“Every true tear is balm for my soul. I am not defined by my pain,but by the life that grows in the midst of it. Today, I embrace the process: what hurts prepares me, and what I hope for fills me with promise. My purpose is rooted in the eternal.”

-Elizabeth Perez